Durante la primera mitad de siglo XIX triunfó en
toda Europa el movimiento artístico y literario que recibe el nombre de Romanticismo.
El Romanticismo, que tuvo su origen en Inglaterra
y Alemania a finales del siglo XVIII, supuso una reacción contra el pensamiento
ilustrado. Los románticos no compartían la confianza en la razón de los
ilustrados, ya que consideraban que el racionalismo había fracasado en su
pretensión de mejorar la sociedad. Esa idea de fracaso provocó un sentimiento
de desengaño y pesimismo que motivó la reivindicación de la subjetividad y la
fantasía.
El movimiento romántico se desarrolló en un
contexto de grandes cambios sociales y políticos que liquidaron de forma
definitiva los últimos vestigios del Antiguo Régimen y supusieron el nacimiento
de las sociedades modernas. En el plano económico, la incipiente Revolución Industrial
trajo consigo importantes cambios, entre ellos la organización de la sociedad
en clases basadas en la posesión de la riqueza y la consolidación de la
burguesía como la clase social más poderosa. En el terreno político la primera
mitad del siglo XIX fue una etapa convulsa, marcada por las revoluciones
liberales en toda Europa, que enfrentaban a los partidarios del poder absoluto
del rey y los defensores de los modelos democráticos.
Incómodos en la sociedad, los escritores
románticos reivindicaban la libertad y los derechos individuales y evocaban en
sus obras tiempos pasados y lugares exóticos como forma de evasión de un
presente que les disgustaba.
El Romanticismo es un movimiento artístico y
literario que reafirma la libertad. También es un estilo de vida caracterizado
por la pasión, la melancolía y la tristeza. El hombre romántico vive
intensamente sus sentimientos y desde el espíritu de independencia afirma su
originalidad. Los románticos esgrimen (defienden) su ideal de libertad política
y artística cultivando la excentricidad (extravagancia, rareza) y rechazando
las normas establecidas.
1. LA PRIMERA MITAD DEL
SIGLO XIX
A finales del siglo XVIII tuvo lugar la Revolución francesa (1789), que aportó
un nuevo marco político, ideológico y social que se extendió por Europa. Se cuestionan
el poder absoluto de los monarcas y la sociedad estamental, cuya división en
clases se basaba en los privilegios por razón de nacimiento. Frente a ellos se
propone un sistema de carácter parlamentario y constitucional que limite los
poderes del rey y anule los de la nobleza.La sociedad se divide entonces entre
absolutistas (partidarios de mantener los privilegios del rey y la nobleza) y
liberales (defensores de un sistema constitucional que garantice los derechos
de los ciudadanos).
A estos cambios de carácter político hay que
sumar el impacto de la Revolución
Industrial, que se inició en Inglaterra a finales del siglo XVIII y se
difundió luego por toda Europa a lo largo del siglo XIX. Esta revolución trajo
consigo la aparición de una nueva clase social, el proletariado, además de la consolidación
de la burguesía como clase dominante y el inicio de la doctrina económica capitalista.
Durante el siglo XIX España vive uno de los
periodos más agitados de su historia. Las tensiones políticas se vieron
agravadas por la invasión napoleónica, que dio lugar a la guerra de la Independencia (1808-1814).Durante esos añosse promulgó
en Cádiz una constitución(la 1ª en
España) de signo liberal (1812), que fue abolida cuando el rey Fernando VII reinstauró el absolutismo. En 1833, tras la muerte
del rey, su esposa María Cristina es
nombrada regente del reino mientras su hija Isabel II no alcance su mayoría de edad. Comienza así un periodo de
liberalismo moderado, regresan los
intelectuales exiliados y comienza, con treinta años de retraso, el
Romanticismo en España. En ese mismo año comenzó la primera guerra carlista entre los liberales, partidarios de Isabel
II, y, los absolutistas, partidarios de don Carlos, hermano de Fernando VII. En
1868, se produjo una revolución de carácter liberal “La Gloriosa”, promovida por políticos y militares, que provocó el
destronamiento de Isabel II. Entre 1873 y 1874 se instauró la efímera Primera República, a la que siguió la
restauración borbónica con Alfonso XII
a finales de 1874. El siglo acaba con la pérdida de las últimas colonias en 1898 (Cuba, Puerto Rico y Filipinas).
2. LA LITERATURA
ROMÁNTICA.CARACTERÍSTICAS
Mariano José de Larra, uno de los principales
autores románticos españoles, resume con esta afirmación el rasgo fundamental de
la literatura romántica: «Libertad en literatura, como en las artes, como en la
industria, como en el comercio, como en la conciencia». Una consecuencia de esa
defensa de la libertad es el valor
que se concede a la originalidad y al
individualismo: el escritor debe
encontrar su voz y construir un universo propio. Por ese motivo el estilo romántico suele ser muy vivo y
retórico, con el fin de resaltar tanto la personalidad del autor como la
intensidad de sus sentimientos.Los románticos se lanzan a conseguir obras menos
“perfectas”, menos “regulares”, pero más profundas, más íntimas y más
sugestivas. Indagan lo misterioso, e imponen los derechos del sentimiento. Su
consigna es la libertad en todos los órdenes de la vida, incluido el político.
Otros rasgos del Romanticismo son los siguientes:
-
La rebeldía. Los románticos
cuestionan la moral de su tiempo y los valores burgueses. Por ello, dedican numerosos
textos a personajes marginales que simbolizan su actitud rebelde: el mendigo, el
ladrón, el pirata…
-
La evasión. El enfrentamiento con
la sociedad y la realidad propicia la huida hacia épocas pasadas (especialmente,
la Edad Media) y lugares remotos.
-
La proyección en la naturaleza. Los románticos expresan
a través de la naturaleza sus emociones: ambientes tenebrosos, paisajes agrestes,
mares embravecidos…
-
El nacionalismo. El Romanticismo se
interesa por lo que considera manifestaciones genuinas del alma de los pueblos;
de ahí que se recojan las formas tradicionales de la literatura y se recopilen
las leyendas y cuentos de cada región.
-
El subjetivismo. El sentimiento, la
fantasía o la libertad dirigirán la creación artística.
-
Temas: Amor, soledad,
libertad…
-
Métrica. Emplean distintos
tipos de estrofas y versos. Abundan los poemas largos escritos en tercetos
encadenados, silvas, etc. Adquieren importancia los metros tradicionales como
el romance, que es una de las estrofas preferidas de la poesía narrativa.
-
Tono. Variable, desde la
destreza y la melancolía de algunos poemas, a la poesía exaltada de otros, con
ritmos muy sonoros
Los géneros literarios preferidos por los
románticos fueron la lírica y el teatro, en los cuales encontraron un vehículo idóneo
para la expresión de sus ideales. También cultivaron con asiduidad la novela
histórica.
3. FUENTES DE LA LITERATURA
ROMÁNTICA
En el Romanticismo español influyeron algunos
autores extranjeros, entre los que destacan el alemán Johann Wolfgang Goethe y
el inglés lord Byron:
Goethe (1749-1832) Es uno de
los grandes genios de la literatura universal y autor de dos obras fundamentales
en el Romanticismo europeo: Fausto,
en la que se relata la historia de un hombre obsesionado con experimentar una
vida de intensidad plena, fin para el que contará con la ayuda de Mefistófeles,
el demonio; y Werther, una novela
epistolar cuyo protagonista, el joven Werther, acaba suicidándose por amor.
Lord Byron
(l788-1824)
representa el prototipo del poeta maldito romántico. Sus poemas expresan la
rebeldía frente a una realidad que le produce hastío y una moral que no
comparte.
4. LA POESÍA ROMÁNTICA
La poesía del Romanticismo presenta estos rasgos:
·
Se
impone la polimetría, de modo que
con frecuencia se mezclan versos y estrofas de distinta medida.
·
Los
temas predilectos son el amor ideal,
la pasión en todas sus facetas, la soledad del individuo en una sociedad que lo
rechaza...
· Se
emplea un lenguaje grandilocuente,
cargado de interrogaciones, exclamaciones, apóstrofes…
Durante el Romanticismo conviven dos tipos de poesía:
-
Una
poesía lírica, se manifiesta el “yo”
del poeta que expresa sus sentimientos y la visión del mundo que él tiene.
Destacan José de Espronceda, Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro.
-
Una
poesía narrativa, el autor se limita
a contar unos hechos ocurridos en un lugar y en un tiempo; son frecuentes las historias
basadas en leyendas. En este tipo de poesía sobresalió Espronceda.
4.1. José
de Espronceda (1808-1842)
José de Espronceda nació en 1808 en Almendralejo
(Badajoz). Desde muy joven combatió contra el absolutismo, motivo por el que
vivió exiliado hasta 1833. Tras volver a España, continuó su actividad
literaria y política hasta su muerte en 1842.
En la obra de Espronceda destacan las canciones y dos extensos poemas narrativos: El diablo mundo, poema inacabado donde plantea temas de carácter
filosófico, y El estudiante de Salamanca,
en el que recrea el mito de don Juan (joven seductor y libertino).
- Las
canciones:
Espronceda escribe varias canciones en las que retrata tipos marginales, que simbolizan la rebeldía y la libertad: el
mendigo, el verdugo, el cosaco, el reo de muerte… Sobresale la Canción del pirata, uno de los poemas
más representativos del Romanticismo.
- El estudiante de
Salamanca: En este largo poema
narrativo, dividido en cuatro partes, Espronceda renovó el mito de don Juan a través de la historia de don Félix de Montemar.
Don Félix seduce y engaña a Elvira, que enloquece y muere de amor. Don Diego,
el hermano de doña Elvira, reta a duelo a su burlador y muere en el intento de
vengarla. Tras este suceso, el protagonista tiene una serie de visiones
sobrenaturales, que desembocan en su propia muerte.
4.2.Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)
Gustavo Adolfo Bécquer nació en Sevilla en 1836.
En su adolescencia estudió pintura, pero a los dieciocho años se trasladó a
Madrid decidido a ser poeta. Su vida estuvo marcada por la enfermedad, los
apuros económicos y 1os fracasos amorosos. Murió en Madrid en 1870. Tanto
Bécquer como Rosalía de Castro están considerados autores posrománticos, pues su labor literaria comienza a partir de 1850,
cuando el Romanticismo está en decadencia en toda Europa.
Bécquer cultivó la poesía, recogida en sus Rimas, y la prosa, forma que empleó en
las Leyendas.
Dentro de la obra en prosa de Bécquer destacan
las Leyendas,
una colección de dieciocho relatos, misteriosos y exóticos, publicados en
la prensa entre 1858 y 1864.La mayoría de las historias de Bécquer se encuentran
ambientadas en la Edad Media y narran un hecho fantástico o sobrenatural.
Además, en ellas se recogen numerosos temas y símbolos románticos, como el amor
imposible, la amada inalcanzable, el héroe rebelde o maldito, la muerte, el
terror, lo sobrenatural, la naturaleza violenta... Algunas de las leyendas más
conocidas son: El monte de las ánimas, El
miserere, Maese Pérez el organista, El beso…
Las Rimas son un conjunto de poemas
breves en los que Bécquer expresa sus sentimientos con un lenguaje natural y
melódico, alejado del estilo grandilocuente y efectista de los poetas románticos anteriores.
Frente a esos excesos retóricos, Bécquer prefiere formas escuetas, en las que
emplea símbolos y recursos sencillos, próximos a los de la poesía popular. De
hecho, su obra poética supuso, junto a la de Rosalía de Castro, una auténtica
renovación de la expresión lírica.
Tradicionalmente, se han dividido las Rimas en cuatro bloques, según el tema
que tratan:
-
La
poesía, el genio lírico la creación e inspiración literaria (rimas I-X).
-
El
amor ilusionado, esperanzado y optimista (XI-XXIX).
En ellas habla de la mujer ideal, el ansia de relación y la plenitud en el amor
correspondido.
-
El
fracaso y el desengaño amoroso (XXX-LI).
Se centra en la frustración, están llenas de un sentimiento de angustia, de
soledad y dolor.
-
La
soledad, el vacío y el pesimismo vital producidos por la falta de amor (LII-LXXVI). Parte final desesperanzada,
dramática; transmite la angustia solitaria y el dolor.
4.3. Rosalía
de Castro (1837-1885)
Encarna la corriente más intimista
del Romanticismo. Su obra se inscribe dentro de la reivindicación de la cultura
y las lenguas vernáculas (nativas) que nació unida al pensamiento nacionalista
romántico. Compuso obras en gallego y en castellano:
Follas novas. Refleja emociones
personales y en un grupo de poemas evoca a su tierra.
Cantares gallegos. Utiliza
formas populares para evocar costumbres de su tierra y un tono reivindicativo
para tratar temas como la inmigración.
En las orillas del Sar. (En castellano) La
poesía se caracteriza por un mayor intimismo que en los libros anteriores, unos
versos doloridos, llenos de melancolía y desesperanza, un lenguaje natural y
sencillo, y una métrica más variada. El yo lírico comparte sus sentimientos con
el paisaje. El ritmo de los poemas es entrecortado, lo que refleja el
atormentado sentir de la autora. Predominan los sentimientos de soledad y
muerte.
En su poesía, de aparente sencillez formal, se
funde la visión angustiada de la realidad con la nostalgia de la tierra natal. La
temática más recurrente es: dolor, soledad, muerte, pesimismo, Galicia…
5. LA PROSA ROMÁNTICA
Durante el Romanticismo se cultivaron tanto las obras de ficción como los textos de carácter periodístico.
Dentro de la narrativa de ficción destacan en
España las Leyendas, de Gustavo Adolfo Bécquer (ver Bécquer).
En el campo del periodismo destaca Mariano José de Larra, autor de una
serie de artículos en los que analiza los hábitos de los españoles.
También en este siglo hubo interés por los temas históricos y legendarios (El señor Bembibre, de Enrique Gil y Carrasco) y tuvieron gran
éxito los cuadros de costumbres, en
los que se describía la sociedad del momento con una mirada amable (Escenas matritenses de Mesonero Romanos y Escenas andaluzas de Estébanez
Calderón), no crítica como en el caso de Larra.
5.1 Mariano
José de Larra (1809-1837)
Nació en Madrid en 1809, pero se educó en
Francia, a donde su familia se exilió en 1813. A su regreso a España, Larra
fundó dos periódicos: El Duende Satírico
del Día (1828) y El Pobrecito
Hablador (1832). Desde 1833 publicó artículos con el seudónimo de «Fígaro».
Pese a su éxito literario, una profunda crisis sentimental e ideológica le
condujo al suicidio en 1837.
Los Artículos de costumbres.
Larra es autor de numerosos artículos
periodísticos en los que analiza con extraordinaria agudeza, y una prosa clara
y dinámica, las costumbres españolas y la situación del país, que, según su
criterio, necesitaba una urgente europeización. En muchos de sus textos emplea
una anécdota narrativa para defender sus tesis, haciendo una crítica pesimista
y amarga de la atrasada sociedad española y de los males del país. Entre otras
cosas criticó: la falta de diligencia de los funcionarios públicos (“Vuelva
usted mañana”), la mala educación (“Un castellano viejo”), el matrimonio
inadecuado (“Casarse pronto y mal”), aspectos de política nacional (“El día de
difuntos de 1836”) y la construcción de viviendas malas y pequeñas (“Las casas
nuevas”).
Su lenguaje suele ser muy directo, lleno, a
veces, de ironía y de una visión humorística.
6.
EL TEATRO ROMÁNTICO
El teatro de Romanticismo rompe con la
dramaturgia del periodo ilustrado o neoclásico.
Los dramaturgos románticos:
-
Rechazan
las unidades de acción, tiempo y
lugar, ya que concebían la creación como un acto libre y exento de reglas.
-
Dividen
la obra en cinco actos o jornadas
-
Mezclan
elementos trágicos y cómicos.
-
Sienten
predilección por el drama histórico y novelesco, en el que el amor es el tema
central.
-
Se
inspiran, a menudo, en temas y personajes del teatro clásico español.
-
Suelen
elegir como protagonista a un héroe
misterioso, rebelde y apasionado, marcado por un destino inevitable y trágico.
-
Ambientan
los hechos en espacios lúgubres (tristes,
melancólicos, tétricos), ambientes
sepulcrales y nocturnos: cárceles, cementerios, iglesias, bosques
tenebrosos, ruinas...
-
Emplean
un lenguaje muy retórico que presenta
por lo común una mezcla de verso y prosa, con gran variedad métrica.
Los dramaturgos más importantes fueron Francisco Martínez de la Rosa (La conjuración de Venecia), Antonio García Gutiérrez (El Trovador), el duque de Rivas y José
Zorrilla.
6.1. Ángel de
Saavedra, duque de Rivas (1791-1865)
Estrenó en 1835 la obra Don Álvaro o la fuerza del sino,
que supuso la consolidación del teatro romántico. La pieza está protagonizada
por el típico héroe romántico sometido a un destino trágico que le lleva a
matar al padre y al hermano de su prometida Leonor y que desencadenará su
propia muerte y la de su amada.
6.2. José
Zorrilla (1817-1893)
Plantea bien las situaciones y crea personajes
que encarnan el misterio o la rebeldía del héroe romántico.
Destacan sus obras Traidor, inconfeso y mártir (basada
en una leyenda sobre el rey don Sebastián de Portugal, desaparecido en una
batalla y a quien el pueblo daba aún por vivo) y Don Juan Tenorio, que es
su obra más famosa. En ella recreó el mito de don Juan (protagonista de la obra
de Tirso de Molina, El burlador de
Sevilla, siglo XVII), le añadió rasgos románticos (rebelde, libertino,
impetuoso), y creó el personaje literario que encarna por excelencia el mito
español. A diferencia de la obra de Tirso de Molina, en la que el protagonista
se condena y acaba en los infiernos, en la obra de Zorrilla, don Juan se salva
gracias al amor de doña Inés.
4º ESO
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