EDUCACIÓN SECUNDARIA

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lunes, 21 de octubre de 2013

El Romanticismo

Durante la primera mitad de siglo XIX triunfó en toda Europa el movimiento artístico y literario que recibe el nombre de Romanticismo.
El Romanticismo, que tuvo su origen en Inglaterra y Alemania a finales del siglo XVIII, supuso una reacción contra el pensamiento ilustrado. Los románticos no compartían la confianza en la razón de los ilustrados, ya que consideraban que el racionalismo había fracasado en su pretensión de mejorar la sociedad. Esa idea de fracaso provocó un sentimiento de desengaño y pesimismo que motivó la reivindicación de la subjetividad y la fantasía.
El movimiento romántico se desarrolló en un contexto de grandes cambios sociales y políticos que liquidaron de forma definitiva los últimos vestigios del Antiguo Régimen y supusieron el nacimiento de las sociedades modernas. En el plano económico, la incipiente Revolución Industrial trajo consigo importantes cambios, entre ellos la organización de la sociedad en clases basadas en la posesión de la riqueza y la consolidación de la burguesía como la clase social más poderosa. En el terreno político la primera mitad del siglo XIX fue una etapa convulsa, marcada por las revoluciones liberales en toda Europa, que enfrentaban a los partidarios del poder absoluto del rey y los defensores de los modelos democráticos.
Incómodos en la sociedad, los escritores románticos reivindicaban la libertad y los derechos individuales y evocaban en sus obras tiempos pasados y lugares exóticos como forma de evasión de un presente que les disgustaba.
El Romanticismo es un movimiento artístico y literario que reafirma la libertad. También es un estilo de vida caracterizado por la pasión, la melancolía y la tristeza. El hombre romántico vive intensamente sus sentimientos y desde el espíritu de independencia afirma su originalidad. Los románticos esgrimen (defienden) su ideal de libertad política y artística cultivando la excentricidad (extravagancia, rareza) y rechazando las normas establecidas.
1.    LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX
A finales del siglo XVIII tuvo lugar la Revolución francesa (1789), que aportó un nuevo marco político, ideológico y social que se extendió por Europa. Se cuestionan el poder absoluto de los monarcas y la sociedad estamental, cuya división en clases se basaba en los privilegios por razón de nacimiento. Frente a ellos se propone un sistema de carácter parlamentario y constitucional que limite los poderes del rey y anule los de la nobleza.La sociedad se divide entonces entre absolutistas (partidarios de mantener los privilegios del rey y la nobleza) y liberales (defensores de un sistema constitucional que garantice los derechos de los ciudadanos).
A estos cambios de carácter político hay que sumar el impacto de la Revolución Industrial, que se inició en Inglaterra a finales del siglo XVIII y se difundió luego por toda Europa a lo largo del siglo XIX. Esta revolución trajo consigo la aparición de una nueva clase social, el proletariado, además de la consolidación de la burguesía como clase dominante y el inicio de la doctrina económica capitalista.
Durante el siglo XIX España vive uno de los periodos más agitados de su historia. Las tensiones políticas se vieron agravadas por la invasión napoleónica, que dio lugar a la guerra de la Independencia (1808-1814).Durante esos añosse promulgó en Cádiz una constitución(la 1ª en España) de signo liberal (1812), que fue abolida cuando el rey Fernando VII reinstauró el absolutismo. En 1833, tras la muerte del rey, su esposa María Cristina es nombrada regente del reino mientras su hija Isabel II no alcance su mayoría de edad. Comienza así un periodo de liberalismo moderado, regresan los intelectuales exiliados y comienza, con treinta años de retraso, el Romanticismo en España. En ese mismo año comenzó la primera guerra carlista entre los liberales, partidarios de Isabel II, y, los absolutistas, partidarios de don Carlos, hermano de Fernando VII. En 1868, se produjo una revolución de carácter liberal “La Gloriosa”, promovida por políticos y militares, que provocó el destronamiento de Isabel II. Entre 1873 y 1874 se instauró la efímera Primera República, a la que siguió la restauración borbónica con Alfonso XII a finales de 1874. El siglo acaba con la pérdida de las últimas colonias en 1898 (Cuba, Puerto Rico y Filipinas).
2.    LA LITERATURA ROMÁNTICA.CARACTERÍSTICAS
Mariano José de Larra, uno de los principales autores románticos españoles, resume con esta afirmación el rasgo fundamental de la literatura romántica: «Libertad en literatura, como en las artes, como en la industria, como en el comercio, como en la conciencia». Una consecuencia de esa defensa de la libertad es el valor que se concede a la originalidad y al individualismo: el escritor debe encontrar su voz y construir un universo propio. Por ese motivo el estilo romántico suele ser muy vivo y retórico, con el fin de resaltar tanto la personalidad del autor como la intensidad de sus sentimientos.Los románticos se lanzan a conseguir obras menos “perfectas”, menos “regulares”, pero más profundas, más íntimas y más sugestivas. Indagan lo misterioso, e imponen los derechos del sentimiento. Su consigna es la libertad en todos los órdenes de la vida, incluido el político.
 Otros rasgos del Romanticismo son los siguientes:
-         La rebeldía. Los románticos cuestionan la moral de su tiempo y los valores burgueses. Por ello, dedican numerosos textos a personajes marginales que simbolizan su actitud rebelde: el mendigo, el ladrón, el pirata…
-         La evasión. El enfrentamiento con la sociedad y la realidad propicia la huida hacia épocas pasadas (especialmente, la Edad Media) y lugares remotos.
-         La proyección en la naturaleza. Los románticos expresan a través de la naturaleza sus emociones: ambientes tenebrosos, paisajes agrestes, mares embravecidos…
-         El nacionalismo. El Romanticismo se interesa por lo que considera manifestaciones genuinas del alma de los pueblos; de ahí que se recojan las formas tradicionales de la literatura y se recopilen las leyendas y cuentos de cada región.
-         El subjetivismo. El sentimiento, la fantasía o la libertad dirigirán la creación artística.
-         Temas: Amor, soledad, libertad…
-         Métrica. Emplean distintos tipos de estrofas y versos. Abundan los poemas largos escritos en tercetos encadenados, silvas, etc. Adquieren importancia los metros tradicionales como el romance, que es una de las estrofas preferidas de la poesía narrativa.
-         Tono. Variable, desde la destreza y la melancolía de algunos poemas, a la poesía exaltada de otros, con ritmos muy sonoros
Los géneros literarios preferidos por los románticos fueron la lírica y el teatro, en los cuales encontraron un vehículo idóneo para la expresión de sus ideales. También cultivaron con asiduidad la novela histórica.
 3.    FUENTES DE LA LITERATURA ROMÁNTICA
En el Romanticismo español influyeron algunos autores extranjeros, entre los que destacan el alemán Johann Wolfgang Goethe y el inglés lord Byron:
Goethe (1749-1832) Es uno de los grandes genios de la literatura universal y autor de dos obras fundamentales en el Romanticismo europeo: Fausto, en la que se relata la historia de un hombre obsesionado con experimentar una vida de intensidad plena, fin para el que contará con la ayuda de Mefistófeles, el demonio; y Werther, una novela epistolar cuyo protagonista, el joven Werther, acaba suicidándose por amor.
Lord Byron (l788-1824) representa el prototipo del poeta maldito romántico. Sus poemas expresan la rebeldía frente a una realidad que le produce hastío y una moral que no comparte.
 4.    LA POESÍA ROMÁNTICA
La poesía del Romanticismo presenta estos rasgos:
·         Se impone la polimetría, de modo que con frecuencia se mezclan versos y estrofas de distinta medida.
·         Los temas predilectos son el amor ideal, la pasión en todas sus facetas, la soledad del individuo en una sociedad que lo rechaza...
·      Se emplea un lenguaje grandilocuente, cargado de interrogaciones, exclamaciones, apóstrofes…
Durante el Romanticismo conviven dos tipos de poesía:
-         Una poesía lírica, se manifiesta el “yo” del poeta que expresa sus sentimientos y la visión del mundo que él tiene. Destacan José de Espronceda, Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro.
-         Una poesía narrativa, el autor se limita a contar unos hechos ocurridos en un lugar y en un tiempo; son frecuentes las historias basadas en leyendas. En este tipo de poesía sobresalió Espronceda.
 4.1. José de Espronceda (1808-1842)
José de Espronceda nació en 1808 en Almendralejo (Badajoz). Desde muy joven combatió contra el absolutismo, motivo por el que vivió exiliado hasta 1833. Tras volver a España, continuó su actividad literaria y política hasta su muerte en 1842.
En la obra de Espronceda destacan las canciones y dos extensos poemas narrativos: El diablo mundo, poema inacabado donde plantea temas de carácter filosófico, y El estudiante de Salamanca, en el que recrea el mito de don Juan (joven seductor y libertino).
- Las canciones: Espronceda escribe varias canciones en las que retrata tipos marginales, que simbolizan la rebeldía y la libertad: el mendigo, el verdugo, el cosaco, el reo de muerte… Sobresale la Canción del pirata, uno de los poemas más representativos del Romanticismo.
- El estudiante de Salamanca: En este largo poema narrativo, dividido en cuatro partes, Espronceda renovó el mito de don Juan a través de la historia de don Félix de Montemar. Don Félix seduce y engaña a Elvira, que enloquece y muere de amor. Don Diego, el hermano de doña Elvira, reta a duelo a su burlador y muere en el intento de vengarla. Tras este suceso, el protagonista tiene una serie de visiones sobrenaturales, que desembocan en su propia muerte.
4.2.Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)
Gustavo Adolfo Bécquer nació en Sevilla en 1836. En su adolescencia estudió pintura, pero a los dieciocho años se trasladó a Madrid decidido a ser poeta. Su vida estuvo marcada por la enfermedad, los apuros económicos y 1os fracasos amorosos. Murió en Madrid en 1870. Tanto Bécquer como Rosalía de Castro están considerados autores posrománticos, pues su labor literaria comienza a partir de 1850, cuando el Romanticismo está en decadencia en toda Europa.
Bécquer cultivó la poesía, recogida en sus Rimas, y la prosa, forma que empleó en las Leyendas.
Dentro de la obra en prosa de Bécquer destacan las Leyendas, una colección de dieciocho relatos, misteriosos y exóticos, publicados en la prensa entre 1858 y 1864.La mayoría de las historias de Bécquer se encuentran ambientadas en la Edad Media y narran un hecho fantástico o sobrenatural. Además, en ellas se recogen numerosos temas y símbolos románticos, como el amor imposible, la amada inalcanzable, el héroe rebelde o maldito, la muerte, el terror, lo sobrenatural, la naturaleza violenta... Algunas de las leyendas más conocidas son: El monte de las ánimas, El miserere, Maese Pérez el organista, El beso…
Las Rimas son un conjunto de poemas breves en los que Bécquer expresa sus sentimientos con un lenguaje natural y melódico, alejado del estilo grandilocuente y efectista de los poetas románticos anteriores. Frente a esos excesos retóricos, Bécquer prefiere formas escuetas, en las que emplea símbolos y recursos sencillos, próximos a los de la poesía popular. De hecho, su obra poética supuso, junto a la de Rosalía de Castro, una auténtica renovación de la expresión lírica.
Tradicionalmente, se han dividido las Rimas en cuatro bloques, según el tema que tratan:
-        La poesía, el genio lírico la creación e inspiración literaria (rimas I-X).
-        El amor ilusionado, esperanzado y optimista (XI-XXIX). En ellas habla de la mujer ideal, el ansia de relación y la plenitud en el amor correspondido.
-        El fracaso y el desengaño amoroso (XXX-LI). Se centra en la frustración, están llenas de un sentimiento de angustia, de soledad y dolor.
-        La soledad, el vacío y el pesimismo vital producidos por la falta de amor (LII-LXXVI). Parte final desesperanzada, dramática; transmite la angustia solitaria y el dolor.
 4.3. Rosalía de Castro (1837-1885)
Encarna la corriente más intimista del Romanticismo. Su obra se inscribe dentro de la reivindicación de la cultura y las lenguas vernáculas (nativas) que nació unida al pensamiento nacionalista romántico. Compuso obras en gallego y en castellano:
Follas novas. Refleja emociones personales y en un grupo de poemas evoca a su tierra.
Cantares gallegos. Utiliza formas populares para evocar costumbres de su tierra y un tono reivindicativo para tratar temas como la inmigración.
 En las orillas del Sar. (En castellano) La poesía se caracteriza por un mayor intimismo que en los libros anteriores, unos versos doloridos, llenos de melancolía y desesperanza, un lenguaje natural y sencillo, y una métrica más variada. El yo lírico comparte sus sentimientos con el paisaje. El ritmo de los poemas es entrecortado, lo que refleja el atormentado sentir de la autora. Predominan los sentimientos de soledad y muerte.
 En su poesía, de aparente sencillez formal, se funde la visión angustiada de la realidad con la nostalgia de la tierra natal. La temática más recurrente es: dolor, soledad, muerte, pesimismo, Galicia…
 5.    LA PROSA ROMÁNTICA
Durante el Romanticismo se cultivaron tanto las obras de ficción como los textos de carácter periodístico.
Dentro de la narrativa de ficción destacan en España las Leyendas, de Gustavo Adolfo Bécquer (ver Bécquer).
En el campo del periodismo destaca Mariano José de Larra, autor de una serie de artículos en los que analiza los hábitos de los españoles.
También en este siglo hubo interés por los temas históricos y legendarios (El señor Bembibre, de Enrique Gil y Carrasco) y tuvieron gran éxito los cuadros de costumbres, en los que se describía la sociedad del momento con una mirada amable (Escenas matritenses de Mesonero Romanos y Escenas andaluzas de Estébanez Calderón), no crítica como en el caso de Larra.
 5.1 Mariano José de Larra (1809-1837)
Nació en Madrid en 1809, pero se educó en Francia, a donde su familia se exilió en 1813. A su regreso a España, Larra fundó dos periódicos: El Duende Satírico del Día (1828) y El Pobrecito Hablador (1832). Desde 1833 publicó artículos con el seudónimo de «Fígaro». Pese a su éxito literario, una profunda crisis sentimental e ideológica le condujo al suicidio en 1837.
Los Artículos de costumbres.
Larra es autor de numerosos artículos periodísticos en los que analiza con extraordinaria agudeza, y una prosa clara y dinámica, las costumbres españolas y la situación del país, que, según su criterio, necesitaba una urgente europeización. En muchos de sus textos emplea una anécdota narrativa para defender sus tesis, haciendo una crítica pesimista y amarga de la atrasada sociedad española y de los males del país. Entre otras cosas criticó: la falta de diligencia de los funcionarios públicos (“Vuelva usted mañana”), la mala educación (“Un castellano viejo”), el matrimonio inadecuado (“Casarse pronto y mal”), aspectos de política nacional (“El día de difuntos de 1836”) y la construcción de viviendas malas y pequeñas (“Las casas nuevas”).
Su lenguaje suele ser muy directo, lleno, a veces, de ironía y de una visión humorística.
6.    EL TEATRO ROMÁNTICO
El teatro de Romanticismo rompe con la dramaturgia del periodo ilustrado o neoclásico.
Los dramaturgos románticos:
-         Rechazan las unidades de acción, tiempo y lugar, ya que concebían la creación como un acto libre y exento de reglas.
-         Dividen la obra en cinco actos o jornadas
-         Mezclan elementos trágicos y cómicos.
-         Sienten predilección por el drama histórico y novelesco, en el que el amor es el tema central.
-         Se inspiran, a menudo, en temas y personajes del teatro clásico español.
-         Suelen elegir como protagonista a un héroe misterioso, rebelde y apasionado, marcado por un destino inevitable y trágico.
-         Ambientan los hechos en espacios lúgubres (tristes, melancólicos, tétricos), ambientes sepulcrales y nocturnos: cárceles, cementerios, iglesias, bosques tenebrosos, ruinas...
-         Emplean un lenguaje muy retórico que presenta por lo común una mezcla de verso y prosa, con gran variedad métrica.
Los dramaturgos más importantes fueron Francisco Martínez de la Rosa (La conjuración de Venecia), Antonio García Gutiérrez (El Trovador), el duque de Rivas y José Zorrilla.
6.1. Ángel de Saavedra, duque de Rivas (1791-1865)
Estrenó en 1835 la obra Don Álvaro o la fuerza del sino, que supuso la consolidación del teatro romántico. La pieza está protagonizada por el típico héroe romántico sometido a un destino trágico que le lleva a matar al padre y al hermano de su prometida Leonor y que desencadenará su propia muerte y la de su amada.
6.2. José Zorrilla (1817-1893)
Plantea bien las situaciones y crea personajes que encarnan el misterio o la rebeldía del héroe romántico.
Destacan sus obras Traidor, inconfeso y mártir (basada en una leyenda sobre el rey don Sebastián de Portugal, desaparecido en una batalla y a quien el pueblo daba aún por vivo) y Don Juan Tenorio, que es su obra más famosa. En ella recreó el mito de don Juan (protagonista de la obra de Tirso de Molina, El burlador de Sevilla, siglo XVII), le añadió rasgos románticos (rebelde, libertino, impetuoso), y creó el personaje literario que encarna por excelencia el mito español. A diferencia de la obra de Tirso de Molina, en la que el protagonista se condena y acaba en los infiernos, en la obra de Zorrilla, don Juan se salva gracias al amor de doña Inés.


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