COMENTARIO LITERARIO DEL POEMA “ROMANCE
DE LA LUNA, LUNA”
Federico García Lorca, nació en el
municipio de fuente vaqueros (Granada), España el 5 de Junio de 1898. Su padre
fue Don Federico García Rodríguez, y su mamá Doña Vicenta Lorca, fomentó el
gusto literario a su hijo, porque, fue maestra de escuela. Su peculiar
personalidad estaba marcada por los contrastes: entre sus raíces populares y su
gusto por la cultura, entre su simpatía arrolladora y su sentimiento de
frustración ante la vida. A pesar de su corta vida, fue asesinado en Agosto de
1936, durante el principio de la Guerra Civil Española, su trayectoria es
extensa y variada, en la que escribió diferentes obras.
El tema que se rescata de la poesía
“Romancero de la luna, luna”; es que relata la historia de un niño gitano está
muriendo y, en su lecho de muerte, habla con la muerte (simbolizada mediante la
luna) suplicándole que no se lo lleve con ella. Cuando los gitanos llegan al
lugar donde yace el niño (la fragua) se sumen en una profunda tristeza; es una
muerte trágica solitaria y dolorosa para los que no consiguieron llegar a
tiempo de salvarse.
El poema está compuesto por 36 versos,
divididos en 9 estrofas de cuartetos. Las sílabas métricas que presenta son
octosílabos, que pertenecen al arte menor y la rima es asonante, en los versos
pares y los impares quedan sueltos. Del verso 1 al 8, el autor realiza una
breve descripción del espacio en el que se desarrolla la acción. Lorca nos
sitúa en una noche de luna llena, una luna atrayente contemplada por un niño
indiferente. Del verso 9 hasta el verso 27, en esta parte se despierta una
sensación de inquietud, pues el niño lucha por vencer a la muerte y los
gitanos intentan desesperadamente salvar al niño que había sido capturado por
la muerte.
Finalmente, entre los versos 28 al 36,
Lorca describe la trágica muerte del niño gitano. Asimismo, hace referencia
también a aquellos personajes que también son partícipes de la dolorosa
situación.
Conchita García Lorca, fue la hermana de
nuestro poeta Federico García Lorca, quien le dedico este poema.
El poema “Romance de la luna, luna”, es
como su propio nombre indica, un romance, es decir, una serie indefinida de
versos octosílabos, en la que los pares presentan rima asonante y los impares
quedan sueltos (8a 8- 8ª 8- ). Forman parte de la historia tres personajes: el niño
gitano, el aire y la luna. Son de arte menor. El romance comienza presentando a
uno de los personajes principales, la luna; una luna que muestra sus
“encantos”, llamando de este modo la atención desde el principio.
En el tercer verso de la primera estrofa,
encontramos la primera figura literaria, que es la reduplicación de la palabra
“mira”
El niño la mira, mira
Además, entre los versos tres y cuatro
se produce una anáfora mediante la repetición en ambos versos de la palabra “el
niño”
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.
Al comenzar la segunda estrofa del
romance, aparece el último personaje partícipe de la historia. Se trata del
aire, testigo de todo lo que sucede entre la luna y el niño. Luego, en la
estrofa número 2, verso 5 se produce una personificación, mostrando al aire
como un ser conmovido
En el aire conmovido
En los tres versos posteriores se da a
conocer la actitud de la luna durante esa noche, dando a interpretar que es el
centro de atención para el niño y todo el entorno que la rodea, pues, la luna
se convierte en una especie de “complemento”, contra la que ni siquiera la
inocencia de un niño puede luchar. Para describir esta situación Lorca se vale
de una personificación en el verso seis, que le da a la luna la capacidad de
mover sus brazos
Mueve la luna sus brazos
Además, en el verso cinco y seis,
presenta hipérbaton
En el aire conmovido
Mueve la luna sus brazos
Así como de antítesis en el verso número
siete
Y enseña, lubrica y pura.
Y una metáfora en el verso número ocho
Sus senos de duro estaño
Hace una alusión a la malicia y el poder
que esconde la luna, por medio de un epíteto.
Al comenzar la tercera estrofa, en el
verso número nueve se presenta una reduplicación, se repite tres veces la
palabra “luna”
Huye luna, luna, luna
Además, en ese mismo verso se presenta
una personificación
Huye luna, luna, luna
En la siguiente estrofa, habla de nuevo
la luna, segura de sí misma, al contrario que el niño que siempre muestra su
inseguridad.
En el verso número trece se encuentra
una personificación
Niño déjame que baile
La luna no puede pedir al niño bailar,
porque, no puede hablar, ni tampoco hacerlo.
Para hablar de sus planes futuros la
luna emplea, además, una metáfora, que se encuentra en los versos 14, 15 y 16
Cuando vengan los gitanos
Te encontrarán sobre el yunque
Con los ojillos cerrados.
Hace referencia de nuevo a la muerte,
incrementándole a su vez un sentimiento de tristeza mediante el diminutivo
“ojillos”.
La estrofa número cinco comienza, con
una reduplicación en el verso 17
Huye luna, luna, luna
En ese mismo verso se presenta una
personificación, ya que, la luna no puede huir.
En los versos 17 y 18, el niño le
insiste a la luna que huya sobre la llegada inminente de los gitanos
Huye luna, luna, luna
Que ya siento sus caballos
En esa estrofa, en los versos 19 y 20,
la luna le habla al niño
Niño déjame, no pises,
Mi blancor almidonado
Estos versos hacen referencia a la luz
de la luna.
En la estrofa 6, en los versos 21
y 22
El jinete se acercaba
Tocando el tambor del llano.
Se puede deducir que trata sobre la
muerte del niño, donde el jinete simboliza el presagio de la muerte y el llano
es comparado a un tambor al que golpean los cascos del caballo al galopar. Para
que Lorca haga esto más emocionante uso una metáfora en los versos 23 y 24
Dentro de la
fragua el niño,
Tiene los ojos cerrados
Al comenzar la estrofa 7, se encuentra
un hipérbaton en los versos 25 y 26
Por el
olivar venían
bronce y sueño, los gitanos.
En el verso 26 se presenta una metáfora
bronce y sueño los gitanos.
En este verso el bronce simboliza su
color de piel y el sueño su condición mágica.
En el verso 29, de la estrofa 8, se
presenta a la zumaya, el cuál simboliza un mal augurio, es decir, mala suerte.
¡Como canta la
zumaya!
En el verso 31 y 32, se presenta una
metáfora, que hace referencia a que el niño está muerto
Por el cielo va la luna
Con el niño de la mano.
En el verso 33 y 34, de la estrofa 9, se
presenta un hipérbaton
Dentro de
la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
En el verso 35, se presenta una
reduplicación de la palabra “vela”
El aire la vela, vela
También, en el verso 35 y 36, se
presenta una anáfora
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.
El tono que utiliza Lorca, es
melancólico, ya que, todo el poema trata sobre la muerte de un niño y en la
última estrofa se ve como los gitanos lloran la muerte del niño, porque no
llegaron a tiempo para salvarlo.
Un valor muy importante, que se rescata de este romance, ya que, al niño le
intentaron a ayudar. En el mundo existen muchas personas que son conscientes
sobre la ayuda que requiere nuestro prójimo de nosotros,
pero, también hay personas que no brindan su ayuda y si
la hacen, la hacen de mal corazón.
SONETO DE LA DULCE QUEJA
Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.
Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas; y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.
Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,
no me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi otoño enajenado.
El poeta tiene miedo a perder el amor de
su amado, de no ser nada para él.
Resumen:
En los cuartetos el poeta expresa el
miedo a perder a la persona amada y quedarse solo sin el sufrimiento placentero que le genera ese amor.
Por tanto, en los tercetos le dice a la persona amada que, aunque sea su
siervo, no lo abandone.
Estructura externa
Está formado por dos cuartetos y dos
tercetos, los versos son endecasílabos. Las rimas son ABAB-ABAB-CDC-DCD y son
consonantes. Es, por tanto, un soneto.
Estructura interna
Se puede dividir en dos partes:
Los dos cuartetos. El primer cuarteto,
en el que el poeta abre su corazón mostrando su temor a perder a su amado y lo
que él
le da (sus ojos de estatua, su aliento); en el segundo cuarteto, en
cambio, el poeta tiene temor de no ser nada para el amado y no tener el amor
que alimente su sufrimiento.
Los dos tercetos. Esta parte está
formada por los dos últimos tercetos, en los que el autor define este amor como
escondido, doloroso, un amor para el que él no es más que un “perro” que hace
de todo para no perder el poco amor que tiene del amado.
Comentario
El poema, como todos los de García
Lorca, está cargado de simbolismos y figuras retóricas.
La primera figura retórica que
encontramos es una anáfora: “Tengo” que se repite al principio del segundo
cuarteto: “Tengo”. Súbitamente encontramos un encabalgamiento en el primer
verso: “la maravilla de tus ojos de estatua”. Aquí “ojos de estatua” significa
que la mirada del amante está perdida, es fría, sin un simple “acento”, algo
pequeño de lo que el poeta no se quiere desprender.
En la segunda estrofa se crea una
metáfora sobre la relación entre los enamorados, en la que el poeta tiene miedo
de que la relación deje algún fruto en su ser, de que sea estéril como el árbol
sin ramas. La lista de palabras “flor, pulpa y arcilla” representa todo lo que
podría nutrir el dolor del poeta. La flor representa la parte más selecta, la
pulpa la más tierna y la arcilla la más maleable. El sufrimiento es
representado como un gusano, se hace vivo este dolor.
El amor que el poeta siente es un
“tesoro oculto”, como si fuera un amor oculto, prohibido; es la “cruz”, “el
dolor mojado”, por lo que el ser amado es una carga (cruz) y el dolor mojado
representa las lágrimas que apagan la llama del amor. En el tercer verso el
poeta se presenta como “un perro”, se humilla, se presenta como servil, fiel.
En el último terceto se repite la idea
del primer verso “No me dejes perder la maravilla”. El autor no quiere perder
lo poco que ha ganado de ese amor: el sufrimiento, el dolor y las lágrimas. El
poeta ve a la amada como un río: como algo que no se para ante el poeta, que
transcurre incesante, que hace que sea un árbol sin ramas (no amado, estéril).
El poeta pide a la amada que le deje decorar sus aguar con sus hojas. La figura
de las hojas se puede interpretar como las hojas en las que el autor escribía sus
poemas, por lo que es la petición del autor de que el amado le permita
enamorarle, demostrarle su amor. El otoño al que se refiere es el otoño del
autor, su acercamiento a la muerte. El adjetivo “enajenado” determina el estado
del autor, su obsesión por este amor lo lleva a vivir inconsciente, fuera del
mundo.
El poema tiene un tono muy dramático, el poeta está desesperado por no
tener seguro el amor de la persona amada, tiene una obsesión que lo lleva a un
terrible sufrimiento al saber lo poco que es para su amor, mientras que él
haría todo de todo, hasta humillarse
Naroa Rodríguez 4º eso.
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